Historia compartida. Sonrisa y lágrima.
Simplemente frutos, de la misma rama.
¡Cómo describirte!
Sangre de mi sangre y aliento en el camino, pues eres infinito regalo del corazón del cielo.
El tiempo vuela raudo, entre las olas de la vida y arranca nuestros barcos, cada vez más y más lejos de la orilla, de esa costa nuestra, tantos años compartida.
Tal vez tú busques una isla y yo, miles de bahías.
Hermana mía, donde tú estés y a dónde vayas, mi corazón será tu ángel, el mismo que abrazabas; y tus palabras serán mi aliento, mi fuerza, mis alas.
Y toda tú por siempre,
mi más grande camarada.
Te quiero hermana!
Xisca Carbó en
Es racó de na Xisca